martes, 3 de septiembre de 2013

Los andrajos del remate




(Andanzas y pitanzas del Maestre de la Cuchara de Palo)


Mediado el invierno, Candelaria arriba, san Blas abajo, y según vengan las lluvias, se concluye la cosecha de aceitunas con lo que en muchos sitios de Jaén se conoce por  el remate, llamado en otros lugares botijuela, como en Jódar, Cazorla, Sorihuela y Pozo Alcón, y  botifuera, como lo he oído en Navas de San Juan, en Villacarrillo, en Baeza y en algunos otros sitios.

            El remate era, y sigue siéndolo en muchos pueblos, la celebración festiva del último día de la cosecha aceitunera. Aquel día en el que vaciando el último capacho se acababan, y siguen evaporándose hoy, algunos amores efímeros:

El querer que te tuve fue aceitunero.
Se acabó la aceituna ya no te quiero.

            O el día en el que con lo ganado en la recolección se planeaba el nacimiento de una nueva familia:

Cogiendo la aceituna se hacen las bodas,
quien no va a la aceituna no se enamora
¡qué tendrán madre, para cosas de amores,  los olivares!

            La botijuela, con sus variantes botijuera y botifuera, sinónimo antiguo y cada vez más en desuso del "remate", hace alusión a la vasija llena de vino que el dueño del olivar regalaba a la cuadrilla de aceituneros, y que éstos compartían junto a su última talega o alforja de comida.

                        Así es que llevado de mi curiosidad acabé en un olivar, a medio camino entre el valle y la sierra, y comenzó el remate cuando Eladia la de los Cristos, desolladas ya un par de liebres, preparaba la masa de los andrajos, plato de tradición y señero de esta tierra. Y en menos que un loco se santigua, volando el tiempo en la tertulia previa, estábamos frente a un sartenón de culo hondo lleno de andrajos caldosos y dispuestos a dar buena cuenta de ellos. Y como quemaban mucho, hubo quien de broma dijo: Comed de los de abajo que están fríos, que los de arriba le hacen sombra. Y nada más lejos de la realidad, que siendo los que cubría el caldo los más suaves, también eran a los que más había que soplar para que se enfriaran.

Y no faltó, entre risas, quien al final se arrancó a cantar:

Echemos la despedida,
la que Cristo echó en Belén,
y Quien nos ha juntado aquí
nos junte en la Gloria, amén.

(@suarezgallego


Publicado en Diario JAEN el martes 3 de septiembre de 2013, para la conmemoración del número 25.000 del periódico.